Visita desde Hoy las Casas del Futuro: Solar Decathlon

Equipo de Univalle trabajando en el montaje de Vilé, en la Villa Solar

Vilé, el prototipo de vivienda sostenible que la Universidad del Valle exhibirá en la competencia internacional de diseño sostenible Solar Decathlon para Latinoamérica y el Caribe 2015, es producto de un trabajo interdisciplinar de todo un semestre, en donde participaron más de 100 estudiantes y docentes de ocho programas académicos.

El prototipo que representará la Institución fue el mejor concebido en el Seminario Interdisciplinario de sostenibilidad, una materia electiva profesional que se creó en el semestre Febrero – junio de 2015, para que estudiantes de la Facultad de Ingeniería, exactamente de las Ingenierías eléctrica, de materiales, mecánica, civil, ambiental, sanitaria, agrícola, diseño industrial y gráfico y de arquitectura formaran equipos multidisciplinarios y trabajaran en 7 prototipos de vivienda sostenible.

Según Pablo Buitrago, docente del Seminario, desde que se conoció que la Universidad sería sede del Solar Decathlon, la concepción del proyecto se basó en un trabajo académico interdisciplinar: “la idea era que todos los estudiantes y profesionales trabajaran juntos, se mezclaran y fueran desarrollando, cada uno desde su disciplina, el aporte debido para una vivienda sostenible”.

De los más de 100 estudiantes que participaron en la concepción de los 7 proyectos concursantes iniciales, 52 siguieron trabajando en el perfeccionamiento de Vilé. Así, todos los estudiantes y docentes están divididos por equipos, cada una con una función específica, en miras de los diez parámetros de la competencia.

Generando nuevos procesos de desarrollo de vivienda

Los prototipos se basaron en una vivienda rural para una zona del Corregimiento de El Hormiguero cercana al Río Cauca, que fue declarada por el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial como “zona rural de desarrollo sostenible” y está habitada por muchas familias con una situación social y económica difícil a quienes el Municipio debe desalojar.

“Los habitantes están asentados y hacinados en zonas ocupadas por cultivos extensivos –añade Buitrago–, proponemos, mediante el prototipo para el Concurso, una ocupación más sostenible del territorio, en donde la gente explote la zona con una agricultura ecológica.”

Así fue como Vilé ideó su prototipo de vivienda, buscando la integración del corregimiento con el entorno para rescatar la riqueza cultural y natural del lugar: una característica recurrente en la arquitectura tradicional colombiana.

El aporte de cada disciplina

Después de casi un año de trabajo, el equipo de arquitectos busca que la estructura funcione mejor, “buscamos hacer la casa más prefabricada, para facilitar el montaje, con materiales económicos y reciclables; usaremos panel yeso en exteriores y el interior será de un comprimido de esterilla de guadua”, explica Stephanie Finlay, estudiante de arquitectura.

Semana a semana, cada equipo tiene mejores ideas y cambios para que la casa sea más sostenible: “Hace poco se hicieron modificaciones importantes en la estructura de la casa, para incluir una rampa de acceso para discapacitados, y ubicar el baño más cerca de la entrada y de las habitaciones”, comenta Stephanie.

“Estamos diseñando el mobiliario lo más eco y sostenible posible -comenta Angie Mellissa Conde, estudiante de diseño industrial-, usando estiva, un material resistente y reciclable. También trabajamos en la parte social: ambientación de la cocina, las habitaciones, la iluminación, el almacenamiento y los exteriores”.

La eficiencia energética y el balance de la energía eléctrica también son evaluados en el Solar Decathlon. Jairo Palacios, doctor (Ph.D.) en Sistemas de Generación de Energía y docente de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica trabaja con sus estudiantes la distribución eléctrica de la casa y la mejor opción para el abastecimiento de energía de Vilé.

“Tenemos varias opciones, pues los paneles solares fotovoltaicos, compuestos de celdas que convierten la luz en electricidad, tienen una eficiencia del 12 al25 %, una muy corta vida útil (25 años), y sus materiales no son reciclables”, explica.

“Aún estamos evaluando si debemos abastecer la vivienda con estos paneles o si lo combinamos con otros sistemas” Por ejemplo, con un sistema de electrólisis de agua.

¿Cómo? Con tanques de agua y baterías: la energía eléctrica de los paneles es enviada a electrodos colocados en un tanque de agua. La electricidad pasa a través de cada electrodo y un catalizador acelera la velocidad de descomposición del agua en oxígeno e hidrógeno.

Los dos gases burbujean hasta la superficie y se recogen por separado, almacenándose en bidones de seguridad. El hidrógeno se usa como combustible para impulsar un generador que puede alimentar energéticamente un vehículo o una casa. El oxígeno puede combinarse con el hidrógeno para producir niveles altos de energía.

“También pensamos en un sistema de lupas y espejos que potencialicen el calor del sol para generar vapor y mover unas turbinas que alimenten unas baterías”, explica el docente.

Por su parte, el equipo de ingeniería mecánica, integrado por los estudiantes Freddy Javier Orbes, Cristian Hoyos y Héctor Fabio Ardila, trabaja en el confort térmico de la vivienda. “Decidimos usar una especie de cielo falso debajo del techo, que sea hecho de Tetrapack (material 100% reciclable), para disminuir el impacto de calor, y permitir un flujo de aire entre los paneles y el techo”, explican.

En la sostenibilidad y funcionalidad de la vivienda también trabaja el equipo de ingeniería sanitaria y ambiental. “Como es una vivienda rural, trabajamos con la Estación Experimental de Biología para obtener semillas para el huerto”, comenta David Santiago Martínez, estudiante de ingeniería sanitaria.

“El huerto va acompañado con un sistema tecnológico de irrigación por goteo a presión, mediante el reúso de aguas grises de la casa. Trabajamos un sistema que pueda ser asequible para que quien no tenga conocimiento de huertos pueda cuidarlo”.

En la parte sanitaria, “diseñamos un sistema donde se reusara el agua del lavamanos en el tanque del inodoro, que tendría un vertedero anterior de grasas y aceites por flotación, con un sensor de nivel, para controlar la cantidad de agua que tomaremos de la tubería, dependiendo del volumen que tengamos del lavamanos. La idea es usar la menor cantidad de agua potable”.

Las aguas grises serán tratadas por separado de las aguas negras en un humedal. “Las grises son casi transparentes después del tratamiento y las aguas negras salen con un color amarillento. Reusar el agua gris es mucho mejor, con ella los habitantes podrían hacer aseo general o riego de plantas”, explica el estudiante.

“Para las aguas negras tenemos dos posibilidades: que la comunidad las recoja y las trate en un humedal comunitario o que cada familia las trate en un humedal individual”.

Vilé es producto de un trabajo interdisciplinar de un centenar de estudiantes y docentes de la Universidad del Valle. “Ha sido un trabajo muy arduo, pero todos estamos comprometidos y emocionados, porque salimos de la escuela y empezamos a aplicar lo que aprendemos en las aulas, a innovar, a hacer cosas útiles para la comunidad”, expresa Angie Melissa Conde.

El montaje Vilé ya está listo y desde hoy podrás visitarlo en la Villa Solar, la exhibición de las viviendas del futuro, del 4 al 15 de Diciembre de 2015, en el Campus Meléndez de la Universidad del Valle.

*Publicado en Periódico Campus 136. Noviembre 2015.

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