Mejoran proceso de producción de medicamentos para la osteoporosis



Los huesos, esa estructura que nos posibilita el movimiento, la estabilidad y la vida misma, sufren desgaste no sólo por el paso del tiempo sino también con el bajo consumo de calcio, el mineral que es la base de su constitución. Con ello, nos volvemos vulnerables enfermedades como la osteoporosis, que se caracteriza en buena medida por un alto riesgo de fracturas y por disminuir la calidad de vida de quien la padece.

Pensando en este fenómeno y viviéndolo muy de cerca en su entorno familiar, Isabel Mejía, quien acaba de sustentar su trabajo para optar al título de Doctora en Ingeniería, en el área de Ingeniería Química en la Universidad del Valle, ha desarrollado una interesante investigación.

Este trabajo, orientado por el profesor Gustavo Bolaños de la Facultad de Ingeniería, se concentra en el proceso de reducción de tamaño de las sales de calcio (específicamente citrato y carbonato) que se usan para el tratamiento de la osteoporosis. Actualmente, estas sales se emplean en la producción de suplementos de calcio, pero debido al tamaño de tales partículas y al hecho que sean muy poco solubles en agua, se dificulta la
absorción de las mismas.

A nivel industrial es usual emplear equipos de molienda para lograr que las partículas de la sal tengan un tamaño que facilite su absorción (5 a 10 micras), sin embargo tal proceso consume mucha energía por kilo de producto, sin mencionar los requerimientos para manejar la electricidad estática producida por esta tecnología.

Mediante el proceso desarrollado por Mejía y Bolaños se puede reducir el tamaño de dichas partículas, lo cual se ajusta a los estándares del mercado internacional, con un costo de producción mucho más bajo que el que requieren los procesos convencionales. Este método implica además un bajo consumo de energía, es simple de construir, mantener y operar, y no tiene las limitaciones de la tecnología tradicional de tratamiento por molienda.

En palabras de Isabel, “las sales de calcio no tienen una absorción significativa, debido al tamaño de sus partículas y la baja solubilidad en agua. Es decir, que a una persona con osteoporosis se le recomienda la ingesta suplementos de calcio en forma de pastillas, pero al consumirlas su organismo no es capaz de aprovecharlas en su totalidad y las elimina”.

El proceso desarrollado en el Laboratorio de Termodinámica Aplicada y Fluidos Supercríticos de la Universidad del Valle consiste en solubilizar la sal de calcio en agua usando un poco de dióxido de carbono comprimido.

Posteriormente, se hace una despresurización mediante una boquilla milimétrica, de donde se obtiene una solución reforzada en calcio, con tamaños de partícula muy pequeños y lista para consumo.

En condiciones normales, para la producción de estas sales se consumen alrededor de 2500 kJ de energía por cada kilogramo y con ello se llega a partículas de 8 micras. “En el proceso que desarrollamos aquí el consumo de energía se reduce a 1215 kJ y se obtienen tamaños inferiores a 5 micras”, explica la investigadora.

“Una pastilla promedio de carbonato de calcio tiene 600 miligramos de calcio equivalente; lo que logramos con este proceso es incrementar la solubilidad de manera tal que en una botella de agua de 500 mililitros podemos alcanzar una concentración de 1100 miligramos de carbonato. Esto quiere decir una mayor concentración de la sal de calcio y por tanto
una mayor posibilidad de absorción”, asegura.

Mejía agrega además que esta investigación es un aporte a la comunidad científica y es una muestra del impacto social de investigaciones que se desarrollan en la Universidad del Valle.

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