Las represas de agua son un adelanto de la ingeniería que ha resultado muy significativo para el progreso de la humanidad. Desde sus inicios, inspirados en la naturaleza, con materiales orgánicos, hasta las más modernas construcciones actuales; las represas son creadas con muchas finalidades como embalsar el agua para aprovechar su abastecimiento, evitar inundaciones o para la producción de energía mecánica desde la energía potencial del almacenamiento de grandes cantidades de agua.
Con los adelantos tecnológicos y la creación de materiales cada vez más resistentes, se posibilitó la construcción de represas más grandes, que así mismo representan más riesgo en el caso de sufrir daños en su estructura y que colapsen, gracias a las enormes cantidades de agua que almacenan. En este caso, son los ingenieros civiles, los encargados de probar los materiales bajo condiciones extremas para asegurar que la estructura sea resistente y segura.
Sin embargo, estudios han afirmado que la construcción de las represas podría potenciar que sismos de gran magnitud se desencadenen. El estudio se dió después de un terremoto ocurrido en china, en la provincia de Sichuan, en el 2008 que tuvo una magnitud de 7,9. Los expertos afirmaron que la represa Zipingpu, no solo tuvo fisuras por el sismo sino que posiblemente pudo haber sido causante de éste.
El argumento consiste en que las represas almacenan grandes cantidades de agua sobre un suelo que no está hecho para soportar tanto peso. La presión del agua es tanta que puede incluso contribuir al movimiento de las placas tectónicas que se encuentran debajo del terreno de la represa. Si la falla que está debajo está en la dirección correcta, el peso puede estabilizarla, previniendo cualquier movimiento. Pero si la falla está en la dirección contraria, toda la presión provocará que la falla se deslice.
Estos argumentos contundentes abren un debate sobre la pertinencia de las represas y sobre la gestión de riesgo en caso de que suceda esto en nuestro país, ya que la construcción de represas constituye una fuente de energía que está siendo apoyada por el Estado y las empresas internacionales.
El profesor Roberto Behar, docente de la Escuela de Estadística afirma que "en este contexto, cabe preguntarse si se han realizado los estudios que permitan dar seguridad a la comunidad en dos sentidos: Cómo un sismo, podría afectar la estructura de la represa y cómo la represa, con la gran presión que ejerce sobre el suelo, podría ser generador de sismos que afecten no solo su entorno, sino la propia represa, fracturando sus materiales y minando su estructura, y potencialmente produciendo una tragedia".
Los ingenieros del mañana se enfrentan a grandes retos para construir grandes estructuras pero que al mismo tiempo sean seguras para la humanidad.
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