CARLOS ARTURO MADERA ES REELEGIDO COMO DIRECTOR DEL PROGRAMA ACADÉMICO DE INGENIEIRÍA SANITARIA Y AMBIENTAL PARA EL PERÍODO 2020-2023

El Ing. Carlos Arturo Madera, Magister en ingeniería sanitaria y ambiental del IHE (Delft Institute for Water Education) de Países Bajos, Doctor en Ingeniería ambiental en la universidad del Valle; quien desempeña labores desde hace 25 años en el EIDENAR, fue reelegido como director del programa académico de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Universidad del Valle para el periodo 2020-2022.

El programa de Ingeniería Sanitaria, creado en el año 1961, fue el segundo programa académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle, después del programa académico de ingeniería Química. Este, se enfocaba más en los problemas de infraestructura básica para la ciudad, como el abastecimiento de agua, manejo de residuos sólidos y aguas residuales, o la calidad del aire. Además, tenía una gran participación con la Ingeniería Civil, específicamente, en la intervención de obras. Sin embargo, durante la primera década del presente siglo, un número importante de egresados del programa iniciaron su vinculación con entes gubernamentales relacionados con el manejo ambiental, como el DAGMA, y en instituciones privadas, manejando las oficinas de gestión ambiental; lo que les permitió evidenciar que éstos no tenían una suficiente formación en áreas como: impacto ambiental, ecología industrial y normatividad ambiental, necesarias para su desempeño profesional. 

Es así, como para el año 2008, después de múltiples observaciones en los cambios del entorno ecológico y social, se decidió dejar de ofrecer este programa y modificarlo, mediante el anexo de la parte ambiental. Para ese momento los egresados tenían una fuerte formación en la realización de infraestructura, pero que, sin embargo, no les alcanzaba para competir con los ingenieros civiles. Es así como el área ambiental, donde los ingenieros sanitarios estaban teniendo una gran acogida se volvió parte principal del nuevo enfoque del programa; para esto se hizo un cambio curricular, se disminuyeron asignaturas del área civil y se implementaron otras de medio ambiente, biología, gestión ambiental, ecología y ecología industrial; sin que el estudiante perdiera la capacidad y conocimiento del área civil. 

Desde ese momento el programa académico pasó a llamarse Ingeniería Sanitaria y Ambiental. Atendiendo a los pedidos del sistema educativo, el programa trabajó para obtener la acreditación de alta calidad, la cual les fue otorgada en un primer momento y se encuentra en estado de renovación actualmente ante el Ministerio de Educación. 

Para el profesor Carlos Madera, los retos que asume en este nuevo periodo son, principalmente, dos; el primero, es lograr llevar a cabo la Reforma Curricular del programa (en el 2015 la universidad expidió el acuerdo 025, que se encarga de las reformas curriculares de los programas de la universidad, donde se establece que los programas académicos deben hacer una reforma curricular basados en capacidades y competencias). En ingeniería sanitaria y Ambiental se decidió llevar a cabo ese trabajo, pero una vez se terminara la acreditación y el registro de alta calidad, dado el largo proceso y tiempo que conllevan. Mientras, el reto en el periodo pasado era lograr la renovación de la acreditación de alta calidad; este, se enfoca en realizar la reforma curricular del programa, teniendo como insumo las políticas que la universidad ha establecido. Esto se hace en búsqueda de realizar un cambio significativo, sin el desprendimiento del área ambiental y sanitaria. La Escuela está centrada en querer lograr que sus estudiantes se concienticen de que el conocimiento no se maneja de manera individual, sino en equipo; además, de cómo enfrentarse a los problemas de la sociedad actual. En ese sentido, la universidad tiene un enfoque en salud ambiental, relaciones socio-ecológicas y justicia ambiental, tecnología y energía sostenibles; es así como estas áreas se quieren abordar desde la multidisciplinariedad y llevarlo al salón de clase. 

El programa busca involucrarse con otras áreas del conocimiento, no sólo dentro de la ingeniería, sino con programas como del IEP, si se necesita pedagogía. “No podemos seguir encasillando al conocimiento en una sola área o profesión, puesto que un problema ambiental debe mirarse desde diferentes perspectivas, donde cada una aporta desde su ámbito y capacidad”. El estudiante debe apoyarse en otras profesiones si de verdad quiere impactar la sociedad.

El segundo reto, es fortalecer el trabajo con los egresados. Desde el 2009, año en que se graduó la primera promoción de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, hasta la actualidad, tiene 216 egresados, incluyendo los que se gradúan el 14 de diciembre este año. Lo que se quiere lograr es que éstos vengan a la universidad como expositores, ponentes o a eventos dentro del programa, una o dos veces al año, para que no pierdan el vínculo con ella. Es importante que el egresado sienta que es importante para la universidad. 

Los egresados fungen como nuestros embajadores, muchos estudiantes internacionales se acercan al programa porque egresados nuestro les han hablado de lo excelencia de la Escuela y el Programa. Sin embargo, a nivel de la universidad -aunque se han implementado eventos que reúnen a los egresados- aún faltan muchas cosas para mejorar. Un tema es la internacionalización de los estudiantes de pregrado, ya que muchas veces si se van a hacer intercambios se atrasan o no tienen un reconocimiento por ello”

Un proyecto meta que tiene el programa es que los estudiantes se gradúen con doble titulación del pregrado, pero para poder lograrlo el profesor Madera afirma que se necesitan ciertos cambios para lograr mejoras, entre las cuales destacan: 

Más recursos económicos, debido a que cada año se hace difícil poder llevar a cabo los eventos programados por el programa.
Fortalecimiento de lenguas extranjeras a los estudiantes 
Apoyar a los estudiantes que tienen desempeños regulares que pertenecen a niveles socioeconómicos bajos o en condiciones de excepción.

 “El deber de la universidad es ser acogedora para el estudiante y acompañarlo en su proceso”. 

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