Gustavo Cedeño, Perseverancia en la Escuela de Ingeniería de Materiales de la Universidad del Valle


Conozca el perfil de un estudiante excepcional, reconocido por profesores y funcionarios como un ejemplo de perseverancia, por sobreponerse de las dificultades y cumplir sus metas.

Gustavo Cedeño inició sus estudios en el programa de Ingeniería de Materiales de la Universidad del Valle en 1994, fascinado por los procesos microscópicos y por cómo estos construyen compuestos y materiales a mayor escala. Sin embargo, su proceso académico tuvo que ser suspendido varias veces debido a una lesión, anterior a su ingreso a la Universidad, la cual le impide el movimiento parcial de sus extremidades. A pesar de esto y de las limitaciones que encontraba cada día en las vías de acceso, salones y caminos del campus Meléndez, culminó sus estudios con éxito en noviembre del año 2014.

Como Gustavo, en Cali actualmente existen 145.256 personas en condición de discapacidad que representan más del 4.6% de la población de la ciudad.

Edificios donde no hay entradas especiales o que no cuentan con barandas de apoyo en las escaleras, las rampas para subir a las aceras, que a veces son obstruidas por vehículos de estudiantes y funcionarios, el acceso a los comedores, las vías deterioradas por las raíces de los árboles, entre otros, son los problemas más frecuentes a los que se enfrentan diariamente las personas que poseen algún tipo de limitación física. 

Lo más importante de todo, señala Gustavo, es que “la ausencia de infraestructura solo es notada por aquellos que la requieren, mientras que el resto de la población universitaria no es consciente de las diferencias y por lo tanto no hace esfuerzos por cuidar o gestionar estos recursos”.

En ese sentido, la creación de una política pública no es suficiente, se necesitan procesos de información para que la comunidad incluya y acepte las diferencias. Con este punto de partida, se inició la transformación de la Universidad en materia de inclusión y de políticas que permitan a las personas en condición de movilidad reducida, integrarse sin desventajas al ambiente universitario. Entre los años 2001 y 2003, la Universidad del Valle inició el proceso de construcción de esta política con la creación del Primer Comité de Atención a la Discapacidad, que derivó en la ‘Política Institucional de Discapacidad e Inclusión de la Universidad del Valle’, a través del acuerdo 004 de junio de 2013. Este acuerdo establece una serie de lineamientos estructurales como el reconocimiento de la diversidad, inclusión, accesibilidad, equidad, solidaridad y corresponsabilidad social, que apuntan a un trabajo conjunto entre el Comité Institucional de Discapacidad y la comunidad educativa, para fomentar el reconocimiento de las personas en situación de discapacidad.

La profesora Mónica Carvajal, Docente en la Escuela de Rehabilitación Humana de la Universidad del Valle, es impulsora de las iniciativas que fomentan la inclusión de las personas con alguna discapacidad. Ella, en compañía de voluntarios, estudiantes y funcionarios de los programas de fonoaudiología, fisioterapia y terapia ocupacional, se han dedicado a apoyar a las personas discapacitadas y a sus familias, a través del programa En Familia. Este programa cuenta con terapias de rehabilitación, actividades deportivas y artísticas. Todo esto para contribuir a una integración y dignificación de las personas en condición de discapacidad, pues el rechazo es grande en situaciones cotidianas.

Al respecto la docente señala que “La discapacidad se construye socialmente. Una persona no nace discapacitada sino que se encuentra en una situación limitada cuando se enfrenta a un contexto que no acepta que su cuerpo o mente tengan una constitución y desarrollo diferente”.

Así lo expresa Gustavo, quien habla con agradecimiento de profesores, compañeros, vigilantes y laboratoristas que le brindaron apoyo para terminar sus estudios. Comenta que existen muchas herramientas que brinda la Universidad para resolver cualquier tipo de problemas como apoyo psicológico, talleres y charlas que muchas personas no aprovechan por pena o porque no lo saben. Gustavo defiende la idea de buscar y solicitar apoyo de cualquier entidad cuando haya una dificultad. Este apoyo no significa que deban facilitarle las cosas, por el contrario, permite que las personas comprendan, se involucren y poco a poco se eliminen las barreras sociales que existen hacia la discapacidad.

Pero los avances en materia de discapacidad no terminan ahí. Desde la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle, varios profesores lideran investigaciones dedicadas a mejorar la infraestructura del campus así como avances tecnológicos en los procesos de rehabilitación. Algunas iniciativas se han visto reflejadas en la transformación de la infraestructura del campus, con rampas, vías de acceso y peatonalización, creadas con apoyo de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática. Otras, se han dedicado a utilizar las tecnologías para crear artefactos que mejoren la calidad de vida de aquellos que hagan uso de ellos.

El profesor Ciro Jaramillo Molina, profesor asociado de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática, Director del Grupo de Investigación de Transporte, Tránsito y Vías, quien fue profesor de Gustavo en las áreas básicas de su carrera, ha estado involucrado en varios proyectos referentes a la movilidad de la Universidad del Valle. Uno de ellos llamado ‘Propuesta a una Accesibilidad Universal a la Universidad del Valle, Campus Meléndez’ fue realizado en 2006. Esta propuesta integraba distintas perspectivas de las carreras arquitectura, rehabilitación humana e Ingeniería Topográfica. Todo con el objetivo de generar propuestas amplias para ser implementadas por la administración de la Universidad. Una vez más, la conclusión de esta propuesta, que planteaba la creación de rampas, vías de acceso y ascensores, fue que las personas realmente no poseen una discapacidad sino que es el medio en el que están inmersas, el que les impide desplazarse normalmente.

Proyectos como estos y otras iniciativas han fomentado una transformación en la infraestructura, que se han ido incorporando poco a poco; sin embargo todavía falta mucho. El profesor Ciro Jaramillo concluye que “La dotación de rampas ha sido un elemento interesante en los edificios de mayor potencial: biblioteca, administración. Definitivamente los elevadores son fundamentales (...) varios estudios arquitectónicos plantean eso: que todos los edificios de la Universidad deben tener elevadores para que las personas puedan acceder a los niveles superiores sin ningún tipo de inconveniente. Esta iniciativa impactaría más a la comunidad en esta situación”.

A pesar de las aparentes ventajas que brinda la Universidad, las dificultades resultan mayores y pueden llegar a impedir la culminación de un proceso académico. Aquí es donde se necesita la intervención de la comunidad. Al respecto, Gustavo cuenta que el apoyo de los profesores, laboratoristas y hasta del Decano de la Facultad de Ingeniería, fueron fundamentales para que él adelantara su proceso académico. Pero sobre todo, la pasión y el interés por lo que se hace, son el motor para sobreponerse y continuar el camino a pesar de las dificultades. Esta pasión fue el motor de Gustavo, quien obtuvo su título de Ingeniero de Materiales en noviembre de 2014, cuyo trabajo de grado exploraba alternativas de reutilización de residuos como el icopor, para evitar la contaminación.

El carácter positivo de Gustavo, de pensar que la discapacidad es solo una limitación física; es lo que ha hecho que los funcionarios de la Escuela de Ingeniería de Materiales lo recuerden: Adriana Bravo, secretaria académica de la Escuela de Ingeniería de Materiales, recuerda la constancia de Gustavo y sus ganas por salir adelante, así como las buenas relaciones personales que cultivó con toda la planta de docentes del programa, quienes lo saludan con cariño cuando lo ven en el campus.

Por su gran esfuerzo, la Facultad de Ingeniería reconoce su constancia y deseos de superación y lo felicita enormemente por el logro de su graduación.


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