La SIC Otorga Patente a Univalle por Innovador Proceso de Producción que Revoluciona la Industria Cerámica


La Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó a la Universidad del Valle, la patente de invención a la creación titulada `Proceso para la Obtención de Gres Porcelánico empleando como Materia Prima Ceniza de Tamo de Arroz y Producto Obtenido´, cuyos inventores son el profesor de la Escuela de Ingeniería de Materiales, Silvio Delvasto Arjona, el egresado del Doctorado en Ingeniería énfasis en Ingeniería de Materiales, Álvaro Guzmán Aponte y Enrique Sánchez Vilches del Instituto de Tecnología Cerámica, de la Universidad Jaime I de Castellón de la Plana, en España.

La patente tendrá una vigencia de 20 años, durante los cuales tendrá efectos positivos en la industria de la cerámica. Teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 14 de la Decisión 486 expedida por la Comisión de la Comunidad Andina “Los países miembros otorgarán patentes para las invenciones, sean de producto o de procedimiento, en todos los campos de la tecnología, siempre que sean nuevas, tengan nivel inventivo y sean susceptibles de aplicación industrial”. 

Esta creación consiste en el desarrollo de un proceso de producción de gres porcelánico, y el producto obtenido de éste, donde se utiliza como materia prima un residuo agroindustrial, que es la ceniza que se obtiene de una calcinación controlada de la paja o tamo de arroz. Su carácter innovador reside en que se usa por vez primera en el mundo, el tamo o paja del cultivo de arroz para utilizarlo a través de un proceso pertinente al tipo de desecho y al producto, como material fundente y también como desgrasante en la producción de materiales cerámicos, y particularmente, aunque no únicamente, como gres porcelánico o porcelanato. 

Esto hace que se pueda sustituir parcialmente al feldespato y al cuarzo. Considerando que, el feldespato es singularmente escaso en Colombia y que actualmente su producción se enfrenta a grandes desafíos. Por ende, este nuevo proceso permitirá que regiones del país y del exterior donde se cultiva arroz puedan disponer de dos de las materias primas necesarias para la producción del gres porcelánico, que es una cerámica compacta y dura, resistente a la abrasión, de resistencias mecánicas apreciables, prácticamente impermeable, que se usa para fabricar placas de uso en enchapes de paredes y en pisos. 

Este proceso de producción de materiales cerámicos trae beneficios ambientales, sociales y económicos. Puesto que, se le confiere valor agregado a un residuo agroindustrial que no tenía hasta el presente utilidad alguna a nivel industrial y por el contrario su descomposición natural genera gas metano, veinte veces más activo que el dióxido de carbono en incrementar el efecto invernadero. 

Además, en el mundo se producen anualmente 800 millones de toneladas de tamo de arroz y 80 millones de ceniza de tallo, luego de la quema al aire libre. Parte de esta ceniza se usa como abono. Y en Colombia, se cultivan 500 mil hectáreas de arroz por año, y se producen tres millones de toneladas de arroz y 300 mil toneladas de ceniza de tamo, generando problemas ambientales. Por lo tanto, esta disponibilidad de material puede ser aprovechada, ya que da la base para el establecimiento de industrias productoras de cerámicas en regiones que no tienen las materias primas necesarias, y por consecuencia, se generaría empleo y beneficios económicos, pues se lograría competir globalmente en el sector de la industria cerámica.

En ese sentido, explica el profesor Silvio Delvasto “Las patentes son pruebas reinas del impacto que la generación del conocimiento podría hacer sobre el desarrollo autónomo de la producción y economía del país. Sin embargo, no basta con tener las patentes, sino con la transferencia de éstas como bienes y servicios, y allí la Universidad tiene que ser creativa y decidida en hacerlo”. 

La Universidad del Valle suma 16 patentes concedidas por la SIC de Colombia, siendo la Universidad con más patentes del país. Para el profesor Silvio Delvasto, esto se debe a varios factores: el riesgo que los profesores investigadores toman al formular patentes, creyendo en el valor y el reconocimiento que merece su investigación; los incentivos y la formación de estudiantes de doctorado que sean propositivos en este tema; el apalancamiento de la tramitación de las patentes por medio de los proyectos; el apoyo de la Universidad para completar el proceso y un trabajo serio y sostenido de gestión jurídica de las patentes a través de la Vicerrectoría de Investigaciones. 

Para la Facultad de Ingeniería, es motivo de orgullo esta nueva patente, puesto que es el resultado de la generación de conocimiento y la alta calidad académica e investigativa con la que cuenta nuestra institución. El alto nivel de los profesores, estudiantes, egresados y el compromiso de los funcionarios se ve reflejado en logros como éste. 

Para el profesor Delvasto está claro que “la Facultad y la Universidad en su conjunto brindan el nido institucional, infraestructura, financiación, gestión, que hace posible tener las patentes: estudiantes involucrados en investigación, laboratorios, tiempo reconocido a sus profesores, gestión a diferentes niveles, y al nivel central, la Vicerrectoría de Investigaciones, la OTRI anterior y el competente y eficiente abogado que es fundamental para lograrlas. El apoyo de Colciencias es fundamental, mediante las becas a estudiantes de doctorado y con financiación de proyectos. Sin la sinergia entre Universidad y Colciencias no habría futuro para la investigación en Colombia, y esa sinergia está empezando a rendir frutos con los crecientes otorgamientos, aunque todavía limitados por las tímidas acciones de formular patentes”. 







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