Estudiantes de Ingeniería Electrónica lograron el 2° lugar en la competencia internacional BR41N.IO Hackathon

   
David Alexander Reyes, Andrés Felipe Marín, Miller Eduardo Ortiz, Jhon Wilmar Ortiz, Luis Rodríguez Ortiz, Anthony Jhonathan Muñoz y Humberto Loaiza Correa. (Imágen recuperada de: Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica EIEE)


El talento y la dedicación de los estudiantes de la Universidad del Valle ha sido reconocido a nivel mundial. 

Un grupo de jóvenes investigadores de la EIEE y del grupo de investigación PSI, apasionados por el desarrollo de interfaces cerebro-computador (BCI), logró obtener el segundo lugar en la competencia internacional Hackathon BR41N.IO, que reunió a más de 80 equipos de distintas universidades del mundo, donde tenían 24 horas para desarrollar el proyecto. Este logro representa un importante hito no solo para el equipo, sino para la universidad en su conjunto, situando a la institución entre los referentes globales en este innovador campo.


Interfaces Cerebro-Computador: Un Futuro Prometedor

El proyecto con el que participaron está basado en el procesamiento de señales electroencefalográficas, tecnología que permite a las personas interactuar con su entorno mediante la concentración y el control mental de dispositivos. En esta ocasión, el equipo desarrolló un sistema para ayudar a personas con limitaciones motrices a manipular objetos mediante un brazo robótico, lo que representa un avance significativo en la integración de tecnología y rehabilitación.

“Estos eventos son importantes a la hora de implementar todo lo que hemos visto en las clases en un proyecto real, el cual nos está limitando en este caso como en el tiempo, ya que el proyecto se debe desarrollar en 24 horas. Además de la franja horaria, ya que el evento se llevó a cabo en Malasia. Esto nos ayuda a mejorar en eficiencia y a aprender a  trabajar en equipo, que siempre es importante” afirma Anthony Muñoz.

Este tipo de proyectos demuestra cómo las interfaces cerebro-computador pueden utilizarse no sólo para controlar dispositivos electrónicos, sino también para mejorar la calidad de vida de las personas con limitaciones, dándoles una mayor autonomía.


El Proyecto: Control de un brazo robótico para personas con limitaciones motrices

El proyecto que llevó al equipo de la EIEE al segundo lugar consistió en un sistema que permitía a una persona con limitaciones identificar y manipular objetos a través de la concentración. Utilizando un gorro creado por el Instituto G.tec Medical Engineering de Austria, con el cual el grupo PSI cuenta, gracias a una convocatoria doctoral, los estudiantes diseñaron y programaron una interfaz cerebro-computador, logrando que el usuario pudiera seleccionar objetos y controlarlos a través de un brazo robótico. El brazo, emulado con un robot Lego, funcionaba como un brazo industrial, permitiendo realizar tareas como el agarre y el desplazamiento de objetos.

La combinación de tecnologías fue clave en el éxito del proyecto. El equipo utilizó la plataforma Unity, ampliamente conocida por su uso en desarrollo de videojuegos y realidad virtual, para integrar la interfaz cerebro-computador con la manipulación del brazo robótico. Este enfoque no solo hizo más intuitivo el sistema, sino que también mostró cómo estas herramientas pueden aplicarse a situaciones de la vida real.


Un segundo lugar con gran significado

Para el periodo 2024-1, los estudiantes participaron por primera vez en la competencia, pero debido a dificultades como la falta de tiempo, no lograron obtener los resultados esperados. Sin embargo, este semestre, con mayor experiencia y conocimiento sobre la dinámica del evento, pudieron superar esos desafíos y alcanzar el segundo lugar, consolidando un gran logro para el equipo y la universidad.

El segundo lugar en esta competencia no solo reconoce el trabajo técnico y el esfuerzo del equipo, sino que también refleja la capacidad de la Universidad del Valle para competir a nivel internacional, incluso frente a instituciones con mayores recursos. A pesar de contar con una menor infraestructura en comparación con otras universidades, el grupo demostró que la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo pueden superar barreras y llevar a la creación de soluciones tecnológicas de alto impacto.

Este logro es una muestra de cómo la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías pueden posicionar a una universidad en el panorama global. La participación en esta competencia permitió que los estudiantes no solo aplicaran los conocimientos adquiridos en clase, sino que también adquirieran habilidades valiosas como la toma rápida de decisiones y la colaboración en equipo bajo presión, aspectos que serán esenciales en su futuro profesional.


Un Impacto que trasciende las fronteras

El proyecto presentado tiene un potencial significativo, no solo en el ámbito académico, sino también en el sector industrial y terapéutico. Este tipo de tecnología podría revolucionar la manera en que las personas con discapacidades físicas interactúan con el mundo que les rodea, dándoles herramientas para recuperar su autonomía y mejorando su calidad de vida.
Además, el éxito en esta competencia abre puertas para futuras colaboraciones internacionales y refuerza la reputación de la Universidad del Valle como un centro de investigación capaz de producir proyectos de alto nivel.


Mirando al futuro

Para los estudiantes, este segundo lugar no es solo un reconocimiento, sino también una plataforma para continuar desarrollando su carrera en el campo de la tecnología y la innovación. El hecho de haber competido y destacado a nivel internacional les ha permitido adquirir una valiosa experiencia que les servirá en su vida profesional, demostrando que pueden estar a la altura de los desafíos tecnológicos que demanda el mundo actual.

Miller Ortiz comenta lo siguiente sobre sus vivencias en la competencia:
“La experiencia fue el gran premio, ya que nunca había participado en una competencia y mucho menos internacional. Cuando hicieron la convocatoria estábamos viendo el curso de Patrones con el profesor Humberto Loaiza. La primera vez que participamos fue con la línea de investigación de Análisis de Datos. Ya la segunda vez nos apasionamos con estos temas donde debíamos vincular la teoría con la práctica y surgió este proyecto con el que nos llevamos el segundo lugar”.


Este logro también motiva a la universidad a seguir apoyando proyectos innovadores y a consolidarse como un referente en investigación y desarrollo en Latinoamérica.

Finalmente, es importante resaltar que el equipo fue liderado por David Alexander Reyes, estudiante de doctorado, en colaboración con el profesor de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, Humberto Loaiza, quienes guiaron a los estudiantes durante todo el proceso. Además, hubo un segundo grupo de talentosos participantes que también compitieron, conformado por Andriz Vegas López, Luis Eduardo Rodríguez Ortiz, Harold Andrés Riascos Manyoma, Angie Lorena Arango Imbachi, Sebastián Ruiz Ruiz, Joshua Arango Fabbri, Julián Esteban Gallego Lenis e Iván Ablitsev Kostiuk, demostrando la gran capacidad y compromiso de todos los estudiantes de la EIEE.

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