Método ESDA y el tráfico ilícito de drogas: contribuciones desde la ingeniería ante una problemática que trasciende fronteras
Fabio Héctor Echeverry Andrade, estudiante de Doctorado en Gestión y Conservación del Mar de la Universidad de Cádiz. Crédito: Oficina de Comunicaciones, Facultad de Ingeniería. |
Casi la mitad del territorio colombiano limita con fuentes hídricas, ya sean mares u océanos. Esta característica es aprovechada por grupos al margen de la ley para el tráfico ilícito de drogas, entre otras actividades. Un estudio se plantea utilizar métodos de ubicación geográfica para estimar la ubicación de los lugares más proclives a sufrir de estas dinámicas. Sus resultados esperan contribuir en la formulación de políticas públicas que integren dichas características del territorio nacional, de cara a disminuir el impacto de estas actividades en la región.
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La importancia de establecer una ruta de acción para una problemática transnacional
Debido a la considerable extensión marítima que comprende al territorio colombiano, que según el Instituto Agustín Codazzi es de 928.660Km2 de los 2.070.408Km2 de la superficie total, ha cobrado cada vez mayor importancia realizar estudios en materia de normativa y legislación que aborden una comprensión transversal para una de las problemáticas más complejas de años recientes, tanto en el territorio nacional como en el ámbito internacional: el tráfico ilícito de drogas.
Consciente de esta necesidad, y motivado por su experiencia en gestión del territorio, políticas públicas y normativa urbana, además de su pasión por el mar y las actividades que se realizan en sus costas, el ingeniero graduado del programa de Ingeniería Topográfica de la Universidad del Valle, Fabio Héctor Echeverry Andrade, se encaminó en una tesis doctoral que vincula aspectos relacionados con el derecho internacional y los sistemas de información geográfica junto con los análisis espaciales.
Esta investigación, que se da en el marco del Doctorado en Gestión y Conservación del Mar de la Universidad de Cádiz, cuenta con la dirección de Miguel Ángel Acosta Sánchez, profesor e investigador de la Universidad de Cádiz, y la codirección de Ciro Jaramillo Molina, profesor e investigador de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática de la Universidad del Valle. Sus primeros resultados fueron publicados en la Journal of Maritime Research y dan cuenta del uso de herramientas propias del área de la ingeniería con el propósito de generar análisis más amplios acerca de una problemática cuyas consecuencias son vividas por países tanto en este como en otros continentes del planeta.
La investigación. Método ESDA aplicado al tráfico ilícito de drogas
Aunque en un principio el investigador Echeverry Andrade había planteado una línea de investigación diferente, que se centraba en las distintas amenazas marítimas que se presentaban en Colombia relacionadas con el tráfico de personas, luego de entrar en contacto con integrantes del CIMCON (Centro Internacional Marítimo Contra el Narcotráfico), de la Armada Nacional de Colombia, institución que contaba con datos de incautaciones de drogas ilícitas, decidió encausarse por este camino, debido a que dicha información le permitía contar con mayores elementos para realizar un análisis mucho más robusto en esta área.
Para el profesor e investigador Ciro Jaramillo Molina, esta apuesta buscó establecer asociaciones espaciales o territoriales de eventos relacionados con este tipo de tráfico en el área marítima, pues había un gran potencial a la hora de manejar la información espacial existente y de realizar, a través de esta, análisis de autocorrelaciones (asociaciones que permiten identificar los lugares donde es más probable que un evento ocurra en relación con otro). “Esto me parece muy interesante porque, generalmente, los estudios con estadística descriptiva y estadística convencional no involucran la variable espacial, sino que tienen unidades espaciales y variables en esas unidades y entonces se ve si se pueden relacionar”, opina.
Comparado con este método tradicional, el trabajo realizado por el investigador Fabio Héctor Echeverry Andrade fue más lejos: permitió establecer la existencia de vecindades en estos espacios, para determinar qué lugares (departamentos y países) estaban colindando en estas zonas, lo que le permitió ubicar clústeres (puntos calientes), un aspecto innovador en su campo de análisis.
Para dicho análisis se tuvieron en cuenta las capitanías de puerto y departamentos marítimos colombianos, ubicados de la siguiente manera: en el océano Pacífico 4 capitanías de puerto (en Tumaco, Guapi, Buenaventura y Bahía Solano), y 4 departamentos marítimos (Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó); en el océano Atlántico, 9 capitanías de puerto (Turbo, Coveñas, San Andrés, Providencia, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Riohacha y Puerto Bolívar) y 8 departamentos marítimos (Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Atlántico, San Andrés - Providencia y La Guajira). Además de esto también se tuvieron en cuenta los tratados internacionales celebrados con países como Costa Rica, Haití, Honduras, Panamá y los Estados Unidos, en los que se dejaba claridad sobre las delimitaciones y la soberanía del territorio nacional con respecto a otros.
La información obtenida en estos lugares fue evaluada a través del Análisis Exploratorio de Datos Espaciales (ESDA, por sus siglas en inglés).
“Queríamos determinar qué departamento se veía más afectado por estas incautaciones. Y si los departamentos vecinos tenían esa relación”, cuenta el investigador Echeverry Andrade, y agrega que para esto correlacionaron la variable de incautación con ella misma. También se aplicó el análisis estadístico I de Morán, con el objetivo de correlacionar tanto las incautaciones marítimas como las terrestres, buscando analizar si lo que ocurría en tierra con respecto al tráfico ilícito de drogas tenía su correspondencia en el mar.
En este punto de la investigación, por lo tanto, se utilizaron tres análisis: uno para correlacionar la variable misma (univariado), para observar cómo se comportaba en incautaciones hechas en el mar; uno de dos variables (bivariado), para observar cómo se comportaban las incautaciones al interior de los departamentos con las de sus salidas marítimas. Y una última (multivariado), para observar este comportamiento dependiendo del tipo de droga que se había incautado, entre las que estaban la marihuana, la cocaína y la heroína.
“Pudimos determinar, a partir de esos análisis univariados y multivariados, unas zonas de amenaza, y con esas zonas de amenaza lo que hicimos fue estimar tanto los kilómetros cuadrados de afectación como las millas náuticas. También establecimos unos rangos de amenaza, con la finalidad de identificar cuáles eran las áreas más amenazadas y poder plantear estrategias, ya sean a nivel nacional o incluso locales y a nivel departamental, para confrontar esos ilícitos”, comenta el investigador Fabio Héctor Echeverry Andrade. Dichos niveles de amenaza fueron los siguientes: mitigable, baja, media, alta y crítica.
Resultados obtenidos y su contribución en la generación de políticas públicas
Tras haber cruzado 586 incautaciones georreferenciadas en las capitanías de puerto, se obtuvieron los siguientes resultados: en el océano Atlántico hubo un total de 209 incautaciones (35,67%), siendo Antioquia el departamento marítimo más afectado. Y, en el océano Pacífico, hubo un estimado de 353 incautaciones (60,24%), siendo Nariño el departamento marítimo más afectado.
También se obtuvo, con respecto a los rangos de amenaza planteados por el investigador Echeverry Andrade, que el nivel de amenaza mitigable se encuentra en un 53,55%, el bajo en un 33,32%, el medio en un 7,88%, el alto en un 2,84% y el crítico en un 2,39%.
Según el investigador, estas conclusiones están ligadas al deseo de interpretar los focos de amenaza encontrados, tanto al suroccidente como al norte colombianos, para plantear a partir de estos datos una propuesta que permita su abordaje en dichas zonas. “Lo que se plantea es mejorar la interdicción marítima en esos puntos, aumentar el patrullaje con la Armada, establecer supervisiones aéreas focalizadas por esas áreas”, explica. Además de esto, también se espera aportar en el mejoramiento de los acuerdos internacionales existentes (por ejemplo, con los Estados Unidos), para generar mejores capacidades de respuesta frente a esta problemática.
Este deseo lo comparte el profesor e investigador de la Escuela de Ingeniería Civil y Geomática de la universidad del Valle, Ciro Jaramillo Molina: “lo que se busca es, a través de este trabajo, identificar una agenda, metodología, guía o manual de direccionamiento en donde la política colombiana pueda enfocarse para establecer o fortalecer esos convenidos que conviertan a Colombia en una potencia bioceánica sostenible, que es una de las líneas del Plan de Desarrollo de la nación”.
El impacto a futuro de esta investigación
Para el profesor e investigador Ciro Jaramillo Molina, haber puesto conocimientos propios de la ingeniería en este campo resulta una apuesta novedosa, pues, aunque la problemática derivada del tráfico ilícito de drogas ha sido abordada por otras perspectivas dentro de las ciencias sociales, no es común que se presenten apuestas de este tipo. Esto, además del hecho de que la investigación del investigador Echeverry Andrade se ha planteado abordar un aspecto transfronterizo. “Eso me parece que es una contribución muy importante”, dice.
Esta investigación, cuyos resultados iniciales se centraron en identificar las zonas con mayor afectación por el tráfico ilícito de drogas, dio paso a la elaboración de una hoja de ruta que busque mitigar su impacto. Gracias a la exhaustiva revisión en el área de las leyes de los acuerdos que Colombia ha celebrado con otros países en materia marítima, el investigador Fabio Héctor Echeverry Andrade se ha embarcado posteriormente en un análisis de esta problemática para proponer un punto de partida a través de lo acordado en tales acuerdos.
“Espero que realmente contribuya a desarrollar una política o una estrategia en Colombia, para crear un índice de seguridad integral marítima para el país. La Armada plantea construir o elaborar a 2030 una estrategia de seguridad marítima y, precisamente, mi propuesta fue analizar toda esta problemática para proponer esa política contra el tráfico ilícito de drogas marítimo en Colombia”, dice el investigador Echeverry Andrade.
Si le interesa contactar al investigador o conocer más sobre la investigación, escriba a la Oficina de Comunicaciones de la Facultad de Ingeniería: comunicaingenieria@correounivalle.edu.co.
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