“Estaba muy joven para saber exactamente qué quería, pero mis profesores del colegio me recomendaron estudiar algo relacionado con la Química y la Física; conociendo mi desempeño e interés por dichas asignaturas. Así que revisé el currículo de la carrera y pensé: ‘eso es lo que quiero’. Hoy no me arrepiento de haber tomado esa decisión, porque esos conocimientos me han servido para mis proyectos”, recuerda la docente.
“Ese fue mi primer acercamiento a las industrias de manufactura y construcción. Allí, una de mis tareas fue estructurar un laboratorio de ensayo de materiales. Me correspondió montar y ejecutar técnicas de análisis y capacitar personal; en particular, a los encargados de laboratorios de empresas, por ejemplo, cementeras. También apoyé la ejecución de proyectos de investigación y consultoría”, relata la profesora, quien, además, vivió la apertura del campus de Meléndez de nuestra alma mater.
Tras finalizar su pregrado en Química en 1974, ingresó como docente al entonces Departamento de Ingeniería Civil, donde contribuyó a la formación de ingenieros industriales, mecánicos, químicos y civiles. Además, años más tarde, fue jefe de la Sección de Materiales y, en 1981, finalizó su
maestría en Ciencias Químicas, con especialidad en Química Analítica; lo que amplió su perspectiva investigativa y fortaleció su conocimiento en el análisis y desarrollo de compuestos.
“En esa época no existía la Ingeniería de Materiales en Colombia, pero mis compañeros y yo veíamos la necesidad de profundizar en el tema. Por ello, en 1986, creamos el grupo de investigación de
Materiales Compuestos; que se ha mantenido en la categoría A1, la máxima del escalafón de
Minciencias”, cuenta la docente.
Dicho grupo de investigación fortaleció el estudio de materiales cerámicos, poliméricos y metálicos. Un trabajo que despertó gran interés en la comunidad académica y motivó la creación del Departamento de Ingeniería de Materiales en 1992 y, posteriormente, de su programa de
pregrado en 1994.
“
Fuimos la primera universidad del país en ofrecer este enfoque de ingeniería”, destaca la profesora, quien, entre 1994 y 1997, realizó su doctorado en Ciencias Químicas en la
Universidad Complutense de Madrid.
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La docente Ruby Mejía de Gutiérrez en el laboratorio del Grupo de Investigación Materiales Compuestos. |
Años más tarde, en el 2000, la Universidad del Valle adelantó una reestructuración administrativa que permitió transformar las unidades académicas de la Facultad de Ingeniería en Escuelas. Con ello, surgió la Escuela de Ingeniería de Materiales, que hoy cuenta, además de su pregrado, con la
maestría y el
doctorado en Ingeniería con énfasis en Materiales, así como el
doctorado en Bioingeniería.
“Gracias a ello, he tenido la oportunidad de dirigir una gran variedad de tesis de pregrado, maestría y doctorado, contribuyendo a la formación de profesionales que hoy están ubicados en distintas regiones de Colombia y el mundo, aportando al sector académico e industrial”, explica la docente, quien ha dirigido la
Escuela de Ingeniería de Materiales en dos periodos (2000-2006 y 2016-2019) y coordinado los programas de posgrado en tres ocasiones (2000-2006, 2010-2016 y 2016-2019).
Para la profesora Ruby, su trabajo siempre ha estado impulsado por la pasión de generar y transmitir conocimiento.
“Me apasiona lo que hago y quiero seguir generando y compartiendo conocimiento. Y es que, ¿qué es un investigador sin estudiantes? Ellos son fundamentales para hacer ciencia y son la mejor forma de retribuir a la sociedad y a la universidad todo el apoyo que he recibido”, concluye.
Desde la Universidad del Valle, felicitamos a la profesora Ruby Mejía de Gutiérrez por este merecido reconocimiento, que refleja su talento, dedicación y capacidad para generar nuevo conocimiento. Para nosotros es un orgullo contar con su liderazgo, pues su labor no solo forma e inspira a nuevas generaciones, sino que también consolida a nuestra institución como referente en investigación e innovación.
¡Gracias y felicitaciones, profesora Ruby!
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