Cambios en los suelos del páramo impactarán los ríos y ciudades de Colombia



Los páramos, el icónico paisaje de la pradera alpina de los Andes, siguen siendo impactados por el cambio en el uso de las tierras, generando consecuencias para los ríos y ciudades de Colombia; lo anterior, según un estudio en el cual participó una experta en suelos de la Universidad del Valle (Univalle).

En una publicación científica, investigadores de instituciones colombianas y británicas divulgaron que si hay un cambio en el uso del paisaje, esto cambia la composición de los suelos y la amortiguación, es decir, la capacidad de los suelos para guardar y regular el agua.

“Los páramos funcionan como esponjas de cocina, absorben mucho más agua por su peso”, explicó Martha Constanza Daza Torres, una profesora de la Escuela de Ingeniería de Recursos Naturales y del Ambiente (EIDENAR) de la Facultad de Ingeniería de Univalle. 
Foto: Páramo de Berlín que se encuentra en el complejo de Santurbán, donde se hizo el trabajo publicado en el paper. Crédito: Viviana Gómez

La Esponja Esencial

“He dedicado toda mi vida profesional hacia el área de suelos… yo trabajé con suelos de páramos de Sumapaz cerca al municipio de Fusagasugá, uno de lo más grande en el país”, planteó la profesora, añadiendo que varios ríos de la Orinoquia tienen su nacimiento allá, alimentando los grandes ríos que se encuentran en el oriente de Colombia.

Los páramos producen agua para uso urbano, riego y generación de energía hidroeléctrica y los suelos y la vegetación de los páramos proporcionan formas eficientes de almacenamiento y secuestro de carbono, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en Inglés).

Bogotá, la capital de Colombia y Quito, la capital de Ecuador, obtienen la mayoría de su agua desde ecosistemas de páramo.

Además, la profesora Daza explicó que también los suelos y la vida botánica de los páramos tienen un papel clave en regular los flujos de agua por medio de su capacidad de almacenamiento en ambas temporadas, secas y de lluvias.

“Sin vegetación, en invierno el agua que cae, no es retenida y los ríos se desbordan… y cuando estamos en verano, los ríos se secan”, planteó la profesora. 

Foto: El laboratorio de Aguas y Suelos Agrícolas - LASA de Univalle. Crédito: Andrew James/NCC-FI/Univalle

Cambios en los Suelos

La profesora Daza dijo que muchos estudiantes, después de aprender sobre los páramos, preguntan “¿Por qué las personas van por los páramos a destruirlos?”

Ella explicó que es una historia bien complicada: los páramos comienzan a cambiar significativamente en los años 60s y 70s en Colombia, cuando había una política pública para expandir la frontera agrícola.

“La gente más pobre fue subiendo la altitud, subiendo la montaña, hasta llegar al páramo”, explicó la profesora Daza, añadiendo que aunque los páramos deben ser dedicados a la conservación, actualmente hay ganadería y producción de cultivos como papa y cebolla.

“Los suelos del páramo son muy frágiles, se dañan si los disturba o los compacta”, explicó la profesora Daza, añadiendo que cuando la ganadería en particular los compacta, el suelo pierde su habilidad de guardar carbón y agua.

En el paper “Influence of land use on hydro-physical soil properties of Andean páramos and its effect on streamflow buffering”, que fue publicada en la revista internacional CATENA en 2021, los investigadores descubrieron que el cambio de uso de los suelos está cambiando sus propiedades por el cambio del uso de la tierra.

La profesora Daza explicó que la meta a largo plazo es que el conocimiento pueda ayudar a trabajar con comunidades agrícolas ya radicadas en zonas de páramos para manejar su ganadería y cultivos con un menor impacto.

“Por ejemplo, podrían poner sus vacas en potreros cercados y rotarlos, para dar a los suelos el tiempo para recuperarse”, planteó ella.

Leer más de la EIDENAR: Cómo la ingeniería está ayudando comunidades

Internacionalización de Investigación del Páramo

Los páramos son una ecosistema con significación global, entonces los investigadores colombianos buscaban colaboradores de otras partes del mundo.

Uno de los coautores del paper, el profesor Wouter Buytaert del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental del Imperial College en Londrés, Reino Unido, explicó que se involucró a través de su experiencia en otras partes de la región Andina.

“El grupo se puso en contacto conmigo debido a mi historial de investigaciones muy similares en sitios de Ecuador y la principal relación es el tipo similar de ecosistema (páramo), que cubre las regiones altas de los Andes de Ecuador y Colombia”, dijo el profesor.

La profesora Daza agregó que puede ser difícil publicar en revistas conocidas cuando son contenidos específicos de Colombia. Por ejemplo, “hay evaluadores que dijeron que solo hay páramos en Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia”, explicó la profesora.

Traducir el artículo a Inglés fue clave también, por suerte, uno de los investigadores hizo su doctorado en Inglaterra.

El profesor Buytaert dijo que los humedales de gran altitud desempeñan un papel clave en el ciclo del agua de las regiones montañosas, que son importantes áreas de abastecimiento de agua para millones de personas en todo el mundo.

“Entonces, los resultados son relevantes para muchas otras regiones del mundo, incluido el resto de los Andes y el Himalaya”, planteó el profesor, añadiendo que hay muchas ventajas de colaborar internacionalmente.

“En este caso, creo que es una combinación de nuestro conocimiento de los procesos naturales de ese ecosistema específico, así como nuestro conocimiento más amplio de métodos de análisis científico relevantes y experiencia en publicaciones… pero también muestra simplemente la naturaleza global de la investigación y cómo esto ayuda a reunir experiencia complementaria”, explicó el profesor Buytaert.

En adición a Univalle y Imperial College, los otros colaboradores eran iMHEA (Regional Initiative for Hydrological Monitoring of Andean Ecosystems) en Lima Peru; iiasur (Institute for Applied Sustainability Research) en Quito, Ecuador y la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga, Colombia, (que financió el trabajo).  


Si le gustaría contactar a las investigadoras o conocer más sobre los proyectos, escriba a la Oficina de Comunicaciones Facultad de Ingeniería: comunicaingenieria(arroba)correounivalle.edu.co.

Foto de portal: La profesora Daza en el Laboratorio de Aguas y Suelos Agrícolas - LASA de Univalle. Crédito: Andrew James/NCC-FI/Univalle

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